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Para que una cerradura abra y cierre correctamente hay que mantener un cierto mantenimiento de cerraduras. Por lo general es uno de los elementos de la casa que menos tenemos en cuenta, pero que es muy importante.

De la cerradura depende quien entra o no en nuestro hogar, por ello hay que intentar que funcione de forma correcta durante el mayor tiempo posible.

Cabe destacar que para que nuestra cerradura funcione bien, hay que atender a tres elementos o factores bien diferenciados.

El primero es el bombín de la cerradura. Es la parte móvil que más usamos al entrar y salir de casa. Por lo general, se usa un promedio de 10 a 20 veces diarias en una vivienda, y muchas más en algunos locales u oficinas.

El mantenimiento del bombín consiste en que esté bien “engrasado”. Lo pongo entre comillas porque precisamente este elemento no hay que aplicarle aceites o grasas como mucha gente piensa.

Para que un bombín funcione bien y de forma suave, hay que aplicarle grafito en polvo una vez que notemos que a las llaves les cuesta entrar, o el cilindro se atranca un poco al girar las llaves.

Por lo tanto, para un correcto mantenimiento de cerraduras, el bombín debe funcionar de forma suave y aplicarle grafito en polvo de vez en cuando (la frecuencia en que se le debe aplicar el grafito en polvo depende del uso entre otros factores).

Ahora nos centramos en la cerradura. Debemos prestar atención cuando notamos que el resbalón se atranca al cerrar la puerta o cuesta girar la llave. En este caso puede tratarse de la propia cerradura. En este caso si se aconseja el uso de aceite lubricante o grasa fina.

Con el tiempo, la suciedad (el polvo) y sobre todo si la cerradura o la puerta está expuesta a la intemperie, podemos notar que poco a poco nos cuesta más abrir o cerrar la cerradura. Con engrasar o lubricarla un poco debería ser suficiente para que empiece a funcionar otra vez con normalidad.

En otras ocasiones es la puerta la que hace que la cerradura no funcione como debiera. Una puerta descolgada o deformada puede hacer que la cerradura se atasque o se ponga “dura”. Esto se puede deber a la propia puerta o a las bisagras, que juegan también un papel importante en estos casos.

Cuando una puerta deja de encajar correctamente en su sitio a la hora de cerrarla, es recomendable poner solución lo antes posible, o corremos el peligro de estropear la cerradura.

Estos solo son unos pequeños consejos de mantenimiento de cerraduras, si es un problema más grave, lo recomendable es ponerse en manos de un profesional.

 

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